viernes, 11 de septiembre de 2009

A propósito de "Ser y tener" de Erich Fromm

Título: A propósito de “Ser y tener” de Erich Fromm
Autor: Rodney Araujo (alumno)
Ref. Institucional: E.E.M. N° 8 Padre Carlos Mugica

Siempre me pregunté porqué el Gobierno de la Nación permite que en plena ciudad capital se desarrolle a la vista de todos un mercado negro de prendas de vestir de marca mundial, sobre todo de indumentaria deportiva. Pensé más de una vez en el negocio que significa para algunos fabricantes, en la salida laboral que genera y en el engullimiento de ciertos políticos, jueces y policías. Pero hasta ahora (idea que me nació por estar leyendo “Ser y tener” de Erich Fromm) no había pensado que dicho fenómeno funciona también como el sostén de la autoestima ficticia de una clase social cadenciada y educada por el bombardeo televisivo para consumir: necesitada de tener para ser.
Para ejemplificar esta idea tomaré el caso de un adolescente común clase obrera, quien al hallarse en esta sociedad de hoy, “loguista”, necesita contar con estos logos en sus prendas para así ser, pertenecer y no sentirse del todo excluido. ¿Pero como tener un calzado de marca mundial cuando su valor equivale a la mitad del sueldo de su padre? Imposible: más aún si tiene hermanos o su padre momentáneamente padece el desempleo que a muchos aqueja. Pero imposible sin este mercado negro, el cual hace que estos logos mundiales estén al alcance de todos y todos seamos aceptados.
Pensaba entonces, que estos jóvenes de clase obrera (tanto empleada como desocupada o asistida por la caridad del gobierno con los planes asistenciales) gracias al eficaz desempeño de este mercado negro, se iguala o no se siente tan menos frente a sus pares de otras clases sociales de mayor poder adquisitivo. O sea, a “ser apariencia”, en las calles somos todos iguales, cumplimos con la demanda “loguística”. Por lo tanto, esta imagen urbana hace también que veamos una sociedad menos desigual, y ello es más que conveniente si el gobierno de turno no tiene el interés o las herramientas imprescindibles para producir cambios radicales.
Mi pregunta es: ¿Qué vicisitudes se suscitarían en la sociedad de Buenos Aires si este mercado en cuestión fuese erradicado; aumentaría el vacío existencial y por lo tanto de la inaccesibilidad se originarían corrientes que rechacen el consumo de estas marcas?
Quisiera formularme otra pregunta: ¿Si hay prendas truchas y prendas originales y somos lo que tenemos; entonces, hay personas truchas y personas originales?

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